lunes, 28 de diciembre de 2009
Dialogo II: Visiones de Copenhague
-¿Y que piensas del hombre Gaia? ¿Te gusta mi última creación?
-Cada vez más creo que vas perdiendo tu toque Dios. ¿Qué es este ser que has creado que se siente superior a todo, inclusive a mí?
-Es que lo es Gaia, es superior a todo y a la vez no es superior a nada. Es mi obra maestra, pero nada más que mi obra.
-¿Acaso te atreves a insinuar que aquel pedazo de barro es más que yo, que soy la que permite que exista la vida y que exista esa misma “obra maestra” tuya?
-Te dije que es superior a ti y a la vez no es superior a nada. Es que el hombre tiene una capacidad muy interesante, se me ocurrió a último momento, el lenguaje. Es la forma en que se relaciona consigo mismo y con sus iguales. Muy ingeniosa esa creación mía.
-No tiene nada de nuevo. ¿Acaso no encuentras esa misma ingeniosidad y grandiosidad en la forma en que los árboles hacen crecer sus raíces, entrelazándolas con la tierra, mientras se van uniendo en una mistura poética para crear un equilibrio y una belleza únicos en el universo?
-Es que eso lo hice ya hace mucho, luego de algún tiempo me aburrió.
-¿Acaso no cobra para ti sentido alguno el conjunto de reacciones entre elementos, todos provenientes de diferente lugares en el universo; sus transformaciones y cambios, para dar origen a millones de espermatozoides, que transformarán otros elementos para crear combustión, y así poder moverse a través de un inacabable túnel desconocido sin un final luminoso y esperanzador, para que de los tantos solo uno se pueda introducir en el óvulo, que, después de muchas transformaciones se convierta en un animal, conformado por millones de diferentes tipos de células en gloriosa armonía? ¿No te enorgulleces de la belleza que hay en la comunicación entre elementos para conformar millones de diferentes tipos de vida tan armoniosas entre sí, en un ciclo infinito de creación y muerte?
-También eso es viejo para mí, ya lo vi muchas veces.
-Vaya Dios, sí que estás embobado por ese ser.
-Y sí que lo estoy, tanto así que destruiré todo lo demás por él, por supuesto, a menos que me canse antes.
-¿De qué estás hablando Dios?
-¿Es que no te das cuenta aún? De todo lo que habita en el mundo y que denominé vida, el hombre es el único que no está en equilibrio, es el único que rompe el círculo armónico que continuaría al infinito de no ser por esta obra mía. ¿No te das cuenta de esta capacidad tan especial que es el lenguaje? Para todas las demás formas de vida tan solo creé evolución biológica, pero en este, decidí sacrificar un poco la evolución biológica para poder compararla con la evolución cognoscitiva, mi última creación.
-No te entiendo.
-El hombre no evoluciona biológicamente como todos, llegará un momento en que se quedará en el mismo estadio, su cuerpo no cambiará más. Pero sí su conocimiento, lo que el ADN aprende en miles de años no se compara con todo lo que el hombre deja inscrito en el lenguaje y en la memoria de toda su especie, eso la llevará a ser la especie definitiva y a terminar con su rama evolutiva, inclusive llegará el momento en que involucione, pero su conocimiento no, seguirá adelante hasta el infinito.
-¡Pero qué has hecho Dios! ¿No ves que la sumatoria de las fuerzas de la vida son finitas? ¿No te das cuenta de que esto posibilita el constante cambio de la vida? ¿No te das cuenta de que la constante creación de belleza y nuevas formas de vida se posibilita mientras el círculo sea armónico? Ese hombre tuyo tiene fuerza infinita, poder ilimitado, destruirá inevitablemente el mundo, se destruirá así mismo, tienes que hacer algo.
-¿Hacer qué Gaia? Eso es lo único que hace diferente al hombre, lo único que lo hace divertido. En el mundo no hay nada que pueda hacer retroceder su poder, he creado algo nuevo; como te dije, ya me había cansado de ese eterno retorno de lo mismo, como dijiste, si las fuerzas son finitas, en algún momento tendrán que volver a lo mismo.
-Qué desastre. Qué ser más abominable has creado, uno que solo busca aumentar su poder es abominable.
-Para ti Gaia, que en toda tu existencia solo has conocido tu círculo armónico de la vida, que solo has conocido tus relaciones de equilibrio entre elementos para disfrutar de la belleza de la variedad en la insoportable y tediosa infinitud de tu precioso Uróboros; para ti cualquier cosa que se salga de lo que conoces te da miedo, cualquier cosa que merme tu poder te atemoriza, en el fondo no eres tan diferente al hombre, y ustedes no son muy diferentes a mí.
-Jajaja, Dios, te has vuelto muy dramático. ¿Realmente crees que me atemoriza el hombre? Él depende de mí. Quiero ver cómo hará crecer tanto su poder hasta que se le desborde y se destruya a sí mismo, y yo, y la vida nos reiremos de las cenizas que de él queden, y cubriremos el polvo que sobre de sus huesos y beberemos su sangre hasta que de él no exista más que tu recuerdo. El ciclo armónico de la vida regresará a la normalidad como si nada hubiera pasado.
-Esto se pone divertido, ¿y qué sucede querida Gaia, si el hombre llega a tener tanto poder como para no depender más de ti?
-¿Quieres hacer una apuesta Dios? Jajaja, será divertido, será muy divertido, aunque en el transcurso habrá muchas bajas.
-Las habrá, las habrá, pero vale la pena, ya quiero ver eso, quiero verlo…
domingo, 13 de diciembre de 2009
Diálogo I: Apocalipsis
Omega: antes del caos final, se presenta Dios ante el último hombre
-Yo soy Dios. Antes del caos final y la desaparición de la creación, estoy aquí porque asumo que debes tener algunas preguntas.
-Pero, ¿tú eres Dios? Te ves como cualquier hombre. Incluso creo haberte visto antes. Aunque si te dejara de ver, ya no recordaría tu rostro.
-Bueno, me doy cuenta, ninguna explicación es simple. No soy Dios, soy lo que fue Adán antes del pecado original, el primer hombre.
-¿Y por qué me dijiste que eres Dios?
-Pensé que te bastaría con creer que soy Dios, ahora me doy cuenta de que se volvieron un tanto perspicaces.
-Sí, no puedes ser Dios, Él lo sabría todo.
- Sí y no. No te confundas, que no sea Dios, no quiere decir que no te esté comunicando la palabra de Dios. Lamento decirte que jamás lo conocerás realmente, soy lo más cercano a Él. Sobre lo otro, Dios lo sabe todo y no lo sabe.
-No entiendo.
-Dios tiene la verdad, lo sabe todo; el problema es que tú no eres parte de ese todo, no eres parte de esa verdad.
-¿Quieres decir que Dios no me ha creado?
-A ti no.
-¿Acaso Dios no es el creador?
-Creo que no has entendido lo que es Dios. Al principio, Él creó el todo, el universo y el hombre; hasta que apareció el pecado original.
-¿Qué fue lo que sucedió? ¿Qué soy yo? ¿Qué es el mundo? Necesito saberlo.
-El hombre se volvió muy hambriento en todo este tiempo. Veo que tendré que contarte toda la historia. El hombre es lo creado, yo soy creado, todo lo que pertenece al universo es lo creado.
-¿Pero qué es lo creado?
-Es que no lo entenderías a cabalidad, va más allá de tus capacidades, hombre. Como te habrás dado cuenta, los humanos son lo más parecido a mí, y yo soy lo más parecido a Dios. Lo más parecido al acto creador que ustedes tienen, es el hablar.
-¿Está diciendo que yo soy un discurso de Dios?
-Recuerda que dije “lo más parecido”. Al hablar, ustedes crean palabras, crean significados encerrados en ruidos distintos y esos significados también son hechos de palabras. El lenguaje es también un universo aparte creado por ustedes los hombres; en vez de materia, de sonidos mentales, la única materia que posibilita su independencia y su distinción.
-¿Pero acaso lo que hablamos tiene vida, acaso siente, acaso ama?
-Triste humano que no ve más allá de su nariz. ¿En verdad crees que lo único que realmente tiene valor de ser creado es el humano y lo que siente?
-…
-Para el hombre solo existe y tiene valor la experiencia de su sistema nervioso y la de los demás, que llegan a todos a través del lenguaje. Pero existen en la creación otras formas de experiencia, otras formas de crear y relacionarse que ustedes no comprenden, que simplemente no existen para el hombre.
-Entonces, cuando destruimos plantas, cuando transformamos la materia…
-Destruyes otras formas de experiencia, destruyes relaciones entre otras creaciones, destruyes sus creaciones también.
-¿Por eso has venido? ¿Para recriminarme por los pecados de mis antepasados frente a la creación? ¿Ahí empezó el pecado original?
-El pecado es lo que Dios no planeó para su creación inicial, es la intervención de los otros.
-¿Los otros?
-Así como hay un solo tú, pero muchas otras personas, también hay otros parecidos a Dios.
-¿Cómo pueden cambiar la creación de Dios?
-Te contaré cómo sucedió todo. Así como ustedes aprenden a hablar de otros, Dios aprendió a usar la materia para relacionarse con los demás. Así como ustedes usan su lenguaje para hablar de distintas maneras, para crear poemas, obras maestras de la literatura; a Dios también se le ocurrió que podría hacer una obra maestra de materia, y lo hizo. Era perfecta, todo armonía, todo belleza. Y así como ustedes escriben para mostrar sus obras al resto, Dios decidió mostrar su obra a los otros. Desde ese momento, la creación se salió de las manos de Dios y adquirió vida propia a través de los otros, lo que ustedes denominan libertad, es una reinterpretación nueva de un otro sobre la original creación de Dios. El universo adquirió existencia propia fuera de la voluntad de Dios, a Él no le gustó eso para nada.
-Pero no entiendo cómo es posible que todo esté a punto de ser destruido por completo para quedar nada. Yo no puedo simplemente eliminar lo que dije alguna vez y ya, la obra de un escritor le sobrevive.
-A menos que todos los que escucharon lo que dijiste ya no estén.
-¿Quieres decir que los otros han muerto?
-Así es, a Dios no le pareció que estropeen su obra.
-¿Pero entonces no regresaría yo a ser Adán?
-No, todo esto sucedió durante lo que para ti sería una conversación entre Dios y los otros, sin querer, Dios también escuchó lo que los otros creaban con su creación original; todo pervive en su memoria.
-¿Quieres decir que Dios va a morir?
-Así es, Él no puede resistir que su creación magistral haya sido estropeada, todo lo que quede de ella debe ser eliminado. No te preocupes humano, simplemente desaparecerás, no sentirás dolor.
Después del final
-Sigo aquí. Aún existó ¿Porqué no muere Dios?
-Dios ha muerto, pero había alguien tras la puerta.