lunes, 1 de marzo de 2010

... And justice for all...


El derecho desde un punto de vista nietzscheano-marxista (parte 1)

En un par de semanas entraré finalmente a la facultad de derecho y por supuesto, fuera de las habituales dudas vocacionales, me asaltaron mis dudas eticas acerca de la que posiblemente se convertirá en la actividad a la que me dedicaré el resto de mi vida. Antes de continuar, es pertinente confesar que soy una persona con ciertas ideas conservadoras, no puedo evitarlo, mi familia es conservadora, estudie en un colegio conservador, vivo en un pais conservador, qué puedo hacer. A lo que voy es que, llegué a la conclusión de que era probable que jamás ejerciera mi profesión y terminara de profesor de civica en alguna escuelita fiscal; asi que decidí realizar un poco de labor genealógica y desenmascarar al derecho y a la justicia que nos pretenden inculcar en el colegio y en los manuales de introducción al derecho.

No existe la justicia, sino voluntad de poder. Es lo que diría Nietzsche. Yo, totalmente de acuerdo, lo que nosotros percibimos como necesidad de justicia no es más que fruto de la necesidad de venganza originada por una voluntad de poder vulnerada por una fuerza mayor. Aquel que no tiene poder necesita siempre alguna forma de tenerlo, en cualquiera de sus formas, necesita tener la sensación de poder, de que puede imponer su voluntad, de que los demás lo perciben como grande, como especial (me dedicaré a este aspecto psicológico en otro apartado, tengo que leer un poco a los postestructuralistas franceses). Este sentimiento generalizado de debilidad habría originado la necesidad de sumar fuerzas entre los débiles frente a los poderosos para garantizar su status de poder. Resultado: luchas sociales... un poco después, antes de ello: observación, conocimiento: poder. Resultado: nuevas clases poderosas: sacerdotes, científicos, noblezas,etc. Con el tiempo se van creando historias, relatos, ideas, tradiciones, etc. La voluntad de poder origianal se va enmascarando y poco a poco, con el tiempo se van fundando las bases del derecho. Más tarde, procesos históricos aleatorios, movimientos sociales. Resultado: formación de nuevos cuerpos de espíritus débiles vulnerados que en su sumatoria adquieren poder para enfrentarse a los poderosos, nuevas clases sociales con poder. Nietzsche diría que el rebaño habría dominado al guerrero. Pero las voluntades de poder que se van sucediendo se enmascaran, intentan confundir, hacerse pasar por lo que no son, permanecen, se transforman aleatoriamente, adquieren vida propia, se funden con las nuevas; y como un ente viviente moldean a su gusto las ideas de los dominados. Y así creemos que existe una justicia divina, una justicia absoluta, que a las personas les coresponde lo que la justicia manda, por que es la justicia. No, no, no, es lo que el resultado del de devenir de las voluntades de poder a través de los milenios nos han hecho creer. A cada persona le corresponde lo que su poder puede tomar, y si el ladrón toma lo que no le corresopnde, es porque puede, y si lo capturan, es porque hubo alguien con más poder para hacerlo, y si nosotros seguimos la ley, es porque la ley tiene más poder que nosotros, y si decimos que seguimos la ley porque somos buenos y justos, es nuestra psique que no quiere mermar su poder simbólico y no quiere admiir que es débil.